lunes, 12 de noviembre de 2007

CAPITULO 1: EL JINETE
















El anciano fuma concentrado y contempla a las chicas, que tienen un aspecto de una adolescente de 16 años, con el pelo rubio encrespado, ojos verdes y piel morena, se levanta del asiento y con preocupación se acerca hacia dónde reposa Mark IV, se va acercando lentamente, le toma la mano, la única mano que le queda y la gira, sólo una palabra surgió de la voz del anciano, una palabra con un tono de preocupación alarmante desplegada en un suspiro que hizo que el humo que inhalaba se cortará como el viento:

– Lonestar...

Arhoz dió otra calada a su tubo de hierbas y estudió meticulosamente las cicatrices de la piel de Mark IV provocadas por la abrasión, las siamesas contemplaban al anciano con expectación, esperando que emergieran sus palabras de la boca como espera un hombre perdido en el desierto un manantial, el anciano tendió la mano del clon en la cama, lo tapó, se acerco a las hermanas Sasha y Misha, y acariciándoles afectuosamente la cabeza les dedicó una sonrisa, una sonrisa que fingía bienestar, pero las hermanas conocían bien al anciano y su mirada desprendía miedo y preocupación, hecho esto, se aproximó a un armario, lo abrió, extrajo un enorme latigo y una montura y cogió un pequeño silbato tallado en madera, Arhoz se aproximó a las chicas y con voz suave y tranquilizante dijo:

- Hijas, debo marcharme, cuidad de él en mi ausencia, volveré al atardecer.

Las hermanas asintieron con sus cabezas sin rechistar mientras veían como Arhoz marchaba hacia el exterior, afuera, en las superfícies rocosas conformadas por estructuras pedregosas dónde varias casas de ladrillo se adherian a las paredes de las montañas como protuberancias que salían hacia afuera, la casa de Arhoz era distinta, su forma era cuadrada, rectangular y el tejado estaba cubierto de inmensas rocas de dónde emergía un orificio hacia el exterior que hacia las funciones de chimenea, había un pequeño patio que rodeaba toda la casa, de forma circular, conformado por piedras preciosas que brillaban con los rayos solares, en esa superficíe, Arhoz aguardaba algo mientras daba unas ultimas caladas a su tubo de hierbas, se lo guarda, extrae el silbato de madera y sopla, sopla con fuerza, emitiendo un sonido estridente y agudo que resuena en todas las cavidades de las cuevas, del cielo ,entre las nubes, una inmensa sombra tapa los rayos del sol, es un insecto gigante, de color negro, de cuerpo alargado y conformado por placas pedrosas con puas, las delgadas patas de sus laterales a medida que desciende a la tierra empiezan a agruparse en filamentos hasta que conforman unas piernas semejantes a la de los caballos, su cabeza acorazada y rugosa de la que sobresalen dos antenas se aproximan a Arhoz que se acerca al Montyr y le da unas palmaditas mientras monta encima de él, al sonido del chasquido del látigo, el Montyr efectua un impulso con sus poderosas piernas que al elevarse se separan, a medida que toman altura el insecto abre sus inmensas alas membranosas mientras que Ahroz extrae su latigo y lo lanza alrededor de las mandíbulas del insecto para guiar su rumbo y orientación.










Ahroz surca las nubes contemplando a vista de pájaro la zona, esta buscando algo, mira con atención, le indica al Montyr que vaya descendiendo para poder ver
con más detalle la tierra, la región por dónde vive, la sección 2 del reinado de Ishtar, esta aventurándose a evadir los límites de su zona, quiere averiguar de dónde ha provenido ese hombre, ese dañado por Lonestar, ese marcado.
Sobrevuela a lomos del Montyr los inicios de la sección 3, conocida como el Embarcadero, y ahí divisa algo, ve algo que jamás había contemplado antes en sus años de cazador, pensaba que había visto de todo, pero los gélidos ojos de Ahroz mezclaban la inocencia de un niño al visionar por primera vez algo con horror que le traumatizaria de por vida, no podía dar crédito a aquello, cientos de envases de cristal dispersos por la tierra, repletos de sangre, miembros cercenados, humanos destrozados, siendo devorados por las aves carroñeras de la zona y los insectos, aquello era una carnicería. Ahroz le indica al Montyr que descienda, el olor de los cuerpos es nauseabundo y le provocan arcadas al jinete cazador, pero quiere bajar, desea ver ese infierno de más cerca, sin duda alguna todo eso era obra de Lonestar.¿ Pero, porqué razón había matado tantos humanos? ¿Qué necesidad tenía un Dios de hacer aquello?¿Estarían indicándoles el inicio del Bekhashim? La antigua profecía dictaminaba que Lonestar descendería del cielo y haría ver a los humanos sus pecados con las mayores atrocidades.¿Sería aquello una muestra de los pecados que Ahroz cometió cuando era cazador?. Ahroz pensó que las hermanas siamesas se aventuraron por la sección 3 sin su consentimiento, ellas le dijeron que habían encontrado al hombre por los alrededores de su casa, pero eso era imposible debido al estado en que se encontraba ese ser, eso hizo que el cazador se cabreará, lo pensó, se contuvo,decidió ir a hablar con las niñas más tarde, pero antes tenía que ir a comunicar ese suceso a la Catedral de los Sabhatks, ubicada en el centro del reinado de Ishtar, era el punto neurálgico de todo el poder, en la Catedral se organizaba todo, se estructuraban las secciones y las normas a seguir para cada fracción, además de las leyes y la religión, así que era condición sinequanon informar al respecto de esta intromisión. Ahroz no se planteó que podría ser juzgado por haber propasado sus propios límites, pero podía justificarse con la acción de las niñas al traer el cuerpo del afectado a su hogar sin su consentimiento previo, así, Ahroz tiró del látigo que ataba al Mantyr y despegando hacia el frente, inició su andadura hacia la Catedral, la construcción más alta de todas, construída por los Amantes de Gaia, una raza superior extinta ya hace cientos de años de la cual los Sabhtaks son sus directos precedentes, la Catedral se cimentó con la tecnomagia, una practica que sólo los Sabhtaks usan, para el resto de habitantes esta totalmente prohibido su aprendizaje, ya que es únicamente un don que tiene que estar cercano a los hijos directos de Lonestar, como forma de aproximarse más
a él y venerarlo, si una persona realizara magia sin la aprobación de un Sabhtak, moriría.
Ahroz sobrevuela la sección 4 y la sección 5 a gran velocidad, un Mantyr adulto puede ser muy rápido, sobretodo si sobrevuela largas distancias despejadas, se aprecian las cabañas hechas de Marmitra, el compuesto transparente de la sección 4, Hoguban, con la que conforman los hogares sus habitantes, el jinete siempre había fantaseado con vivir en esa sección, pero estaba orientada a personas con mayor capacitación y concentración que él, había pensado en lo tórrido que debía ser ver a la gente en su intimidad y poder contemplarlos sin ningún tipo de rubor, con total aceptación, de todas formas, su hogar era muy cálido y tampoco lo cambiaría por nada de aquello, simplemente era la sana sensación de probar un sitio diferente de forma efímera, para experimentar, pero tampoco les permitían en la Catedral intercambiar información con personas de otras secciones, y mientras tanto el jinete divagaba para sus adentros:
- Ya llego a la Catedral, tantos malditos años trabajando para ellos, cazando para ellos, y nunca había entrado aquí, que ironia, imagino que cada uno tiene lo que se merece, espero que no tenga problemas para acceder, si le digo a los vigilantes de que se trata me dejaran pasar, maldita sea, tendría que haber recogido alguna muestra de algo, alguna remanente, algo que reforzara mi argumentación, mi experiéncia asquerosa, cuando recuerdo esos cuerpos llenos de sangre me entran ganas de vomitar, cuerpos desnudos, si eso es obra de Lonestar, que me perdone, pero tiene muy mal gusto, cuerpos sangrientos, cuerpos desnudos...
Ahroz desciende desde la cima de la Catedral hasta los porticos centrales, mientras se refleja a él mismo y su Montyr en todas las joyas que rodean a la construcción, no puede evitar sentir asombro y obnubilación al contemplar semejante belleza arquitectonica, sin ninguna duda, era algo que estaba diseñado por dioses, porque solo los dioses son capaces de algo tan perfecto, el jinete baja de la montura de su insecto y se acerca a los dos guardias del pórtico, van armados con un bastón alargado de color blanco y en su otro antebrazo tienen un guantelete, el guantelete originariamente era un instrumento de los Amantes de Gaia, emite sonidos y los transforma en energía, los discípulos generacionales adoptaron su técnica y la fueron heredando con el devenir de los tiempos, una bola de energía tiene capacidad para acabar con un hombre normal, y es considerada un arma con gran poder de destrucción, su uso esta limitado a unos pocos y tiene caracter intimidatorio, todavía, ningún habitante de las secciones del reino de Ishtar ha visto a ningún guardian usar el guantelete. El jinete habla con los guardias, les cuenta lo que ha visto, lo que ha vivido, los guardias lo miran con incredulidad y le dicen que se espere, Ahroz espera, contempla el silbato de madera tallado por él mismo, lo talló en otros tiempos, en su juventud, cuando era un cazador vigoroso de insectos gigantes y especies peligrosas con alta capacidad de proliferación, él y los suyos se encargaban de regularizar la existencia, el ecosistema consciente, todo eso ya es historia, solo son madera astillada, usada, que soplas y efectúa un sonido estridente y agudo, lastimoso, recuerdo de otros tiempos mejores, que resuenan en el vacio y se deshacen con el tiempo.
El jinete absorto en su pensamiento y de pronto aparece el guardia, el guardia de armadura escamosa, fabricada con la coraza de los insectos que él cazaba antaño, el exosqueleto con rostro de humano le dice a Ahroz que puede pasar, que le esperan en la antesala principal, el cazador asiente con su rostro cicatrizado, astillado y avanza silbando, mientras su sonido se mezcla con el vacio de las ornamentaciones ostentosas de la decoración de la Catedral y con el rechinar de sus zapatillas de caña ,con el contacto del suelo resbaladizo de mármol blanco del palacio religioso.
Ahroz llega a la antesala, es inmensa, es 50 veces su casa, y no hay absolutamente nada, columnas, una cúspide, y una inmensa bola de cristales fragmentados que flota en el centro, la bola desciende y se abre, en su interior, hay un Sabhtak que observa con sus ojos de cristal al jinete, Ahroz puede contemplar su propio rostro en los ojos del Sabthak, la última vez que tuvo esa oportunidad de tener a uno de esos seres cara a cara fué en su retiro profesional, y ese ser, seguía igual, su piel estirada, aspecto joven, sus joyas, su capucha blanca y sus collares dorados, jamás se cuestionó las razones por las cuales se mantenían indemnes al paso del tiempo, al fin y al cabo eran contactos directos con Lonestar. El jinete le explicó con pelos y señales a su señor todo lo que había visto, el Sabhtak le insertó en uno de sus ojos un diamante para que pudiera transmitirselo todo, y así fué, vió los cuerpos, y el rostro joven de ese pseudodios comenzó a cambiar,
pasó a ser más adulto por su expresión, le extrajo el diamante al jinete, se introdujo en su bola de cristal, ascendió y los guardianes se llevaron a Ahroz a la salida, dónde montó en su Mantyr de camino a su hogar. Ahroz no formuló ninguna pregunta, el Sabhtak no le preguntó nada, sólo recuerda su expresión, era grave, estamos realmente en algún problema serio y mientras sobrevolaba con su insecto gigante hacia su hogar, mientras pensaba en todo lo que le iba a comentar a sus hijas, una esfera de energía venida de lo lejos impactó contra él, atravesando su cuerpo, destrozándole los pulmones y corazón, reventando su caja torácica, y reposado encima del lomo del Mantyr, su insecto, su cabalgadura de cazador de antaño, su mejor compañero, mientras se ahogaba en su propia sangre, recordaba que hubieron tiempos mejores dónde uno era valorado por sus actos, mientras se ahogaba en su propia sangre, perdiéndose en el horizonte del olvido, a lomos de su viejo Mantyr, su mejor amigo.

2 comentarios:

la rosa separada dijo...

"Porque, desde luego, alguna especie de idea general debían tener si habían de llevar a cabo su tarea inteligentemente; pero no demasiado grande si habían de ser buenos y felices miembros de la sociedad, a ser posible. Porque los detalles, como todos sabemos, conducen a la virtud y la felicidad, en tanto que las generalidades son intelectualmente males necesarios. No son los filósofos sino los que se dedican a la marquetería y los coleccionistas de sellos los que constituyen la columna vertebral de la sociedad".

ALDOUS HUXLEY "Un mundo feliz"

Seguro que has leído este libro. Si no es así, te lo recomiendo.

No lo he leído del todo. Pero lo haré. Como espero que sigas escribiendo...

La rosa separada.

Unknown dijo...

Sí, lo he leído, un excelente libro al cual la sociedad actual se acerca peligrosamente en su vertiginosa carrera por la sistematización corporativista.

Seguiré escribiendo pronto...grácias por tus palabras.